Barquito de recuerdos

Tengo entre mis manos
el eco de tus besos,
en mi corazón un suspiro
que llena mis recuerdos,
en mi boca entreabierta
el atardecer de tus labios,
en mi ojos la melancolía
que surgió de aquel abrazo.

Tengo un ramo de flores rojas
que aprieto contra mi pecho,
me invade su esencia y… subo
subo sin remediarlo al cielo,
rosa que late en mis adentros
descúbreme ese barquito de sentimientos,
espinas que desangran mis manos
recordadme que aún no estoy muerto.

Me siento fuera de mi con los ojos cerrados
y poco a poco los voy abriendo,
descubro un mundo nuevo y a la vez viejo
andando por callejas de blanco y negro.
Miro a través de caminos y plazas,
ya vividas en los pasos que pesan sobre mi alma,
barrio donde nací,crecí y fui
bajo el designio del nombre que me diste
y la fe de morirme, si mi vida no es por ti.
En él se me infundó el deseo
donde se escapó mi primer beso,
allá en los confines de mi memoria
en los que dejé escapar de mis labios
mi primer y único… te quiero.

Descubro lo que no deseo
llegando a un casita
con la pared blanca como tu alma,
de persianas entornadas como tus pestañas,
con la puerta invitándome a entrar
muy dentro de ella y de ti,
y no lo quiero hacer… pues lágrimas me faltan,
no miro al suelo pero sigo andando
y esos alocados pero lentos y vividos pasos,
me llevan ante una ansiada y temida barrera.

Siento como respira… siento que me susurra
suspiro por no dejarme morir, pero quiero un poco más
noto como la puerta se abre y me hace levantar la mirada,
dejando ante mi una aterciopelada habitación
que me invita a entrar pues ya me conoce,
que me hace soñar, pues mis sueños son de ella
que me pide que recuerde lo que un día fue suyo,
lo que antaño ansié con todas mis fuerzas
y aun hoy, no consigo que desaparezca.

Cruzo a través de las gastadas baldosas,
el sonido de mis pasos sordos quedan,
a uno y otro lado veo los momentos vividos,
y llego a la ventana, donde encontré nuestro cielo,
donde nos prometimos amor eterno
a la vez que fundimos nuestros cuerpos
en un eterno y dulce ruego.

Vuelvo a cerrar mis ojos y me siento elevar,
noto la luz de la luna acariciar mi rostro,
mi cuerpo abrazado al tuyo en mi recuerdo,
mi garganta queriendo gritarte mi deseo.
Es mi alma la que se va flotando,
al igual que mis lágrimas de amor
por alargar aquel instante,
y es que mi vida empieza y acaba ahí,
en tan solo un suspiro quise nacer y morir,
ser eterno tuyo y abandonarme a tus caricias y abrazos,
pero abro de nuevo los ojos
y me encuentro solo en aquella habitación,
se me rompe el corazón y me duele el recordar,
y es que la vida queda marcada por esos momentos,
y el mio fue contigo, para siempre,
mi querido ángel, mi añorada estrella,
mi fugaz barquito… de sentimientos y recuerdos,
evócame tan solo uno de tus dulces besos
y zarpa al atardecer,
hacia donde el mar se junta con el cielo.

rancaru

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