Al mirar a los ojos de aquella niña
las estrellas cruzaron el firmamento
al menos veinte deseos podría pedir
mas sumaría todos ellos por uno solo.
* ¿ Y cual es tu deseo ?
Mi deseo sería un número agraciado
y no aquel que me diera oro
sino el que me diera tiempo
quiero un numero infinito
que marque los días que estaré a tu lado.
* Pero … no existen los números infinitos…
¡ Es un deseo tonto ! ¡ Más te valdría pedir otra cosa !
Contemplando aquellos ojos tan llenos de vida le dijo:
Pediré entonces un espacio
en el que poder grabar los momentos
recuerdos y canciones pasadas
que alegren mi alma cuando este cansado.
* ¡ Tampoco se pueden grabar los momentos !
las cosas van y vienen…
y al igual que el viento borra señales en la arena
el tiempo lo hace sobre nuestras almas.
¡ Es un deseo tonto ! ¡ Más te valdría pedir otra cosa !
Soltando un suspiro respondió:
Pues que complicado es pedir un deseo,
quizás por querer tanto…
estoy perdiendo sin darme cuenta,
¿ Podría ser mejor desear que ahora me des un beso ?
* No se desea lo que ya se tiene tontorrón
Y diciéndole esto cruzo sus labios con los suyos
Sonriendo para si pensó casi extrañado consigo mismo
¿ Acaso no deseo lo que ya tengo ?¿ Por qué entonces lo deseo ?
Quizás…. solo quizás lo que me supera es el miedo a perderlo,
y parándose en seco la miró y sonriéndole le dijo:
por cierto, ¿ Qué pasa entonces con mi deseo?