Pequeñas Plumas

Alzando el vuelo hacia el horizonte,
paloma blanca portadora de paz
vuela alto cual joven ilusión,
y todas las ilusiones terminan cayendo
al igual que nuestra pequeña paloma.

Bajo la rueda de un camión
se quedó el viaje,
ya no le queda movimiento,
más que el de sus pequeñas plumas
al agitarse por el pasar de los coches,
más que el de su sangre que corre
calle abajo hacia una alcantarilla.

Nadie dijo nada pues el mal estaba hecho,
todo el mundo seguía su rumbo
y yo me quedé inmóvil
mirando hacia aquel cuerpo.
Que bella y fría es la rutina a la vez,
la gente pierde el rumbo de lo que se es
y se crecen cada vez más.
No hace falta mucho,
pero si te pones a pensar
llegarías a la conclusión
de que la vida no es simplemente
hacer una carrera o realizar tu trabajo,
la vida es mucho más que eso,
vida era aquella paloma que
nuestro progreso ha cegado,
vida era aquel pequeño niño
que nos sonrió cuando pasó por nuestro lado,
vida es lo que derrochas
cada vez que te levantas.
Dios mío, que es lo que hemos hecho,
nos hemos olvidado de vivir
para dejar paso a una monotonía
que nos mata,
un color grisáceo
que se cuela en nuestra alma.
Infúndeme fuerzas para recordarme lo que soy,
dame esa razón que me da vida de nuevo,
dame esa razón que me hace llorar como un niño,
dame los motivos por los que seguir viviendo,
pues no veo ni siento en los demás
esa pasión propia de saberse ser vivo,
esos sentimientos de amor y deseo
por los que realmente merece la pena vivir.
Quiero amar a todo el mundo,
quiero darles mi corazón
a los que me rodean,
eso es lo único que deseo en esta vida
brindar mi amor a los que lo necesiten.

Y por eso ahora lloro,
pues nadie sintió cuando
aquella paloma murió.
Y es que a mi se me encogió
el alma, al ver que estaba
muerta y de que eso nunca
yo por mucho amor que le diera
lo podría cambiar.

Y es que sigo todavía deseando
que aquella paloma vuelva a mover
sus alas y levante de nuevo el vuelo,
lo sigo deseando y cada vez que paso por allí
veo que todavía yace
inmóvil, en el frío y duro suelo
a la espera de que el tiempo
borre en un futuro no muy lejano
las señales de las tragedias de antaño.

rancaru

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