Te odio porque te amo
con sólo verte
sé que sabes a pecado,
tu dulce voz recuerda a sirenas
que oyeron marineros en antaño,
y esos ojos profundos y mágicos
que me hacen sentir insignificante a tu lado.

Te amo porque sino muero
pende mi vida
de agua de una copa que no poseo
tus manos cual volátil aurora
que sujeta el cielo de los polos de este reino
y embriagada sencillez la tuya
que con solo una mirada, me das aliento, agua y deseo.

Te extraño porque te quiero
no pasa siquiera un momento
en el que no recuerde el calor de tus besos
tu cuerpo es la tortura
que me empuja a través de mis recuerdos
tu amistad es la condena
que me pesa cual yunque de hierro.

Te odio porque te amo,
te amo porque sino muero,
te extraño porque te quiero,
no ser amante sino amigo
es poco para un duende enamoradizo
soy hoja marchita que cae
con la esperanza de que el viento
la eleve hacia el cielo
para en un final descender
y quedarme posada para siempre
sobre tu dulce y suave pecho.