El frío de una tarde,
la brisa que castiga,
y esa pobre hoja que cae
marcada por el paso de la monotonía.
Que si lluvia no viene
son los santos los que lloran,
y las flores que crecen,
maduran y marchitan.
Si todo es vida o muerte,
escojo a mi Dios,
pues ya sabrá Él
los paraderos de mi letanía.