Una raíz que se mete en la tierra
tan profunda como antigua,
pide amor para seguir viviendo,
aparentemente irrompible
pero perdida entre fotos y recuerdos.
Nadie le da cariño
pues siempre está ahí,
nadie le da nada
porque no se pueda moverse ni huir,
que peor castigo para cualquier cosa
que ser enviada
y renegada al pasado,
allí donde nadie llega,
allí donde todo es olvidado.
Y qué pasaría si alguien se da cuenta
y quiere encauzar ese enigma,
quizás sólo sean páginas o retratos,
pero todo lo que hemos sido
queda en algún lugar grabado,
y qué mejor regalo
que ser el elegido
para recogerlo de ese empolvado camino,
que con el paso del tiempo,
ha ido cubriendo
y ocultando ese pasado.
Tan sólo tengo que ordenar las cosas
y disfrutar de aquello de donde he nacido,
tan sólo tengo que mirar a los años
y retrocederlos hasta donde yo no pueda ni imaginar,
al ancestro de mis antaños,
a esos pozos de recuerdos ya olvidados.
Ya que la verdadera duda es:
¿Lo podré lograr o también renegaré de mi pasado?.