Oscuridad Enclarecida

Tras la eterna lluvia de estos años,
llegan recuerdos de un antaño,
insignificancias sin importancia,
rayos de sol en su esplendor.

El mar crece, y la humanidad fallece,
las lluvias se elevan, y las ciudades se apagan.

Tras una lluvia de verano, arrasa la de invierno,
nuestra vida se va inundando de pobres matorrales viejos.

Humedecido nuestro pensamiento,
tan sólo respira para un recuerdo,
aquel en el que brilla el sol,
aquel en el cual hay calor.

Un calor que penetra en los huesos,
que les da vida, que les da color.
Tan sólo es una vaga esperanza,
pues podría sucumbir al tiempo,
un tiempo que mata todo,
y lo que es presente
lo arrastra al pasado.

Bendice Dios este mundo,
míralo con amor,
dale sol naciente de vida,
otórgale tu calor.

Porque el calor de tu espíritu,
podría derretir al más frío,
y con el saber de tu eternidad,
darías vida a la muerte,
como si fuese solamente un juego de azar,
pues Tú eres el único jugador,
y por lo tanto, siempre el ganador.

rancaru

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *